La innovación puede implicar cosas diferentes para cada persona. La mayoría asocia la innovación con la novedad, con un cambio en el modo de hacer las cosas. Y para que las cosas cambien, hay que tener la mente abierta. En educación, la innovación se utiliza con frecuencia para referirse a la tecnología o a los entornos de aprendizaje. No obstante, ante todo, la innovación en la educación debería significar flexibilidad: la voluntad de probar nuevos enfoques y estrategias docentes, con el objetivo de ofrecer experiencias pedagógicas más inclusivas e interesantes a todo el alumnado.

Superar los obstáculos en la innovación

Las estrategias de innovación a nivel escolar y de aula fueron uno de los temas que se abordaron en la Encuesta Internacional sobre Docencia y Aprendizaje (TALIS) de la OCDE de 2018. Aunque la mayoría de los docentes de la OCDE coincidió en que está abierto al cambio, la disposición a la innovación parece ser menor en muchos países europeos que en otras partes del mundo. A este respecto, conceder autonomía al profesorado puede contribuir a fomentar la creatividad y la innovación en el aula. Sin embargo, para evitar una inadecuada toma de decisiones, es importante el profesorado reciba la formación necesaria desde el inicio.

Cómo ser un docente innovador

El desarrollo profesional permanente es fundamental. Se puede animar al profesorado a participar en programas de enseñanza o formación en el extranjero a través del programa Erasmus+, o a participar en cursos en línea. Gracias a estos cursos de formación, el profesorado puede intercambiar conocimientos, adquirir nuevas habilidades, descubrir buenas prácticas y obtener una perspectiva más amplia de la educación.

La investigación-acción es un enfoque que requiere que el profesorado piense de forma crítica y reflexiva y se centre en mejorar la experiencia de aprendizaje del alumnado. Puede utilizarse para solucionar problemas del día a día en el aula, como cambiar la disposición de las sillas para permitir que se desarrolle un aprendizaje más colaborativo.

Las redes de docentes, tanto grandes como pequeñas, pueden ser una valiosa fuente de inspiración. A escala escolar o local, el profesorado puede organizar grupos de estudio, observación entre pares y espacios de reflexión conjunta. Algunas redes más grandes, como eTwinning o Global Teaching InSights, ofrecen múltiples recursos y oportunidades de crecimiento profesional y creación de redes.